Compartir pisos es una tendencia creciente fenómeno en París y en ciudades grades como Toulouse.

Atrajo no sólo a estudiantes sino también, los graduados más jóvenes y ejecutivos, que también se dio cuenta de que era mejor vivir en un gran apartamento que solo en un estudio.

Los apartamentos están ocupados exclusivamente con compañeros de piso, se sienta como en casa.

Económicamente y socialmente, alquilar a varias vueltas un buen trato, especial ya que cada inquilino tiene su propia habitación, pero también “el disfrute de los espacios comunes” como sala de estar, comedor, cocina…

Sin embargo, tan seductora como lo es en términos de usabilidad y finanzas, compartir un piso no es necesariamente fácil contra el propietario:

• Su renta se incrementa cuando un inquilino deja un compañero de piso
• Durante estas salidas, la notificación no siempre se respeta
• Su garantes son responsables de todo el piso y entonces todos sus compañeros
• ¡Vivir con un propietario (o al dueño del contrato de arrendamiento) a menudo no es fácil, usted no tiene la última palabra!

Reconociendo estas limitaciones, proponemos una fórmula que satisfaga sus necesidades: